(Julia
Constancia Burgos García; Carolina, Puerto Rico, 1914 - Nueva York, 1953)
Poetisa puertorriqueña. Julia de Burgos se graduó de maestra normalista en
la Universidad de Puerto Rico en 1933. En 1934 trabajó en la PRERA (Agencia
para la Rehabilitación Económica de Puerto Rico, por sus siglas en inglés) en
Comerío, como empleada de una estación de leche, lugar en que los niños de
familias pobres recibían desayuno gratuito. Contrajo nupcias con Rubén
Rodríguez Beauchamp en ese mismo año. En 1935, al cierre de la PRERA, ejerció
por breve tiempo como maestra en un barrio de Naranjito.
En esa época
escribió su famoso poema Río Grande de Loíza.
Durante ese año Julia de Burgos también conoció e hizo amistad con Luis Llorés Torres, Luis Palés Matos y
Evaristo Ribera Chevremont, entre otros poetas boricuas, y en 1936 publicó en
una hoja suelta su poema Es nuestra la hora,
con el que empezó a darse a conocer en el ambiente literario. En octubre de ese
año pronunció el discurso La mujer ante el dolor de la
Patria en la primera asamblea general del Frente Unido Pro
Convención Constituyente, en el Ateneo Puertorriqueño. Escribió los dramas
breves Llamita quiere ser mariposa, Paisaje marino, La parranda del sábado y Coplas jíbaras para ser cantadas.
En 1937
coinciden dos hechos significativos en la vida de Julia de Burgos: la ruptura
de su matrimonio con Rubén Rodríguez Beauchamp y la edición privada de Poemas exactos a mí misma, que representa una de sus
primeras manifestaciones líricas, cuyo paradero actualmente se desconoce. Al
año siguiente conoció al médico y sociólogo Juan Isidro Jimenes Grullón, quien
habría de convertirse en su más acrisolado amor.
Publicó
además, en 1938, su obra Poema en veinte surcos y,
en 1939, la Canción de la verdad sencilla, obra
premiada por el Instituto de Literatura Puertorriqueña. Un año después viajó a
Cuba, en donde conoció a múltiples intelectuales, entre ellos Juan Marinello, , Raúl
Roa Juan Bosch y Manuel Luna. A partir de ese momento residió
alternativamente en La Habana y Nueva York, dedicándose al periodismo y a la
creación literaria.
El 18 de enero
de 1940 llegó a la ciudad de Nueva York. A los quince días de su llegada
concedió una entrevista al periódico La Prensa, que se publicó bajo el título
"Julia de Burgos, poetisa puertorriqueña, en misión cultural en Estados
Unidos". El 5 de abril de 1940 la Asociación de Periodistas y escritores
Puertorriqueños rindió un homenaje público a Julia de Burgos y a Antonio Coll y
Vidal en el Wadleigh High School Auditorium, en Nueva York.
En 1941
regresó a La Habana; en la universidad de la capital cubana se inscribió en
cursos sobre variadas materias que despertaban su interés (griego, latín,
francés, biología, antropología, sociología, psicología, higiene mental,
didáctica). La relación con Juan Isidro Jimenes llegó a su final en 1942. Tras
esa decepción amorosa, Julia de Burgos se estableció definitivamente en la
ciudad de los rascacielos, en donde deambuló en busca de empleo. Durante algún
tiempo trabajó como inspectora de óptica, empleada de un laboratorio químico,
vendedora de lámparas, oficinista y costurera.
Julia de
Burgos falleció en la ciudad de Nueva York, el 6 de julio de 1953. Todavía hoy
su muerte sigue rodeada de misterio: fue encontrada inconsciente y sin
identificación alguna entre la Calle 106 y la Quinta Avenida y falleció al ser
trasladada al Hospital de Harlem. Ante la falta de identificación, su cuerpo
fue enterrado en una tumba anónima; posteriormente sus restos serían
trasladados a Puerto Rico y sepultados en el Cementerio de Carolina, el lugar
más cercano posible al Río Grande de Loíza, que tanto la apasionó.
Póstumamente
se publicaron El mar y tú y otros poemas (1954)
y Yo misma fui mi ruta (1986). Bajo el título
de Obra poética, el Instituto de Cultura Puertorriqueña
recogió su lírica en 1961. Una muestra de sus versos figura en la Antología de la poesía cósmica puertorriqueña,
publicada por Manuel de la Puebla en 2002, y en las grandes colecciones de
poesía hispanoamericana, en las que suele ocupar una posición tan prominente
como Alfonsina Storni, Gabriela Mistral y otras grandes poetisas del siglo XX.
La obra de Julia de Burgos se caracteriza por su singular fuerza expresiva; su apasionado romanticismo la llevó a desarrollar de una manera mística y metafísica temas como la naturaleza y el amor. La hondura y calidad de su producción poética, su extraordinaria capacidad para reflejar los problemas de la mujer de su tiempo, así como las excepcionales circunstancias que rodearon su vida y su muerte (envueltas en un halo de dolor, enajenación y desarraigo que la habían llevado a considerarse como una "desterrada de sí misma"), han hecho de ella una de las figuras más fascinantes no sólo de las letras puertorriqueñas de la primera mitad del siglo XX, sino de toda la literatura hispanoamericana contemporánea.
Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004). Biografía de Julia de Burgos. Biografías y Vidas. https://www.biografiasyvidas.com/biografia/b/burgos_julia.htm.